RECUPERAR TERRITORIOS NEGADOS: ALIX YOLITZIN Y SU MIRADA HACIA EL CUERPO
Aun estamos en Marzo, el mes donde se conmemora el Día de la Mujer, y sigue abierta una puerta especial para la reflexión respecto a las temáticas que nos atraviesan, no solo como mujeres sino como creadoras. En este caso considero importante poner sobre la mesa la larga historia de negación hacia la mujer dentro de la historia del arte . Durante siglos, las representaciones artísticas han sido dominadas por una mirada masculina que ha perpetuado estereotipos; relegando a la mujer a un papel secundario o incluso invisibilizándola. El cuerpo femenino, en particular, ha sido un territorio de control del discurso, donde se han impuesto ideales de belleza, sumisión y objeto de deseo, limitando la expresión compleja de la experiencia femenina. Hemos visto museos llenos de desnudos o santificaciones femeninas y a muy pocas mujeres, en proporción, que encarnen su experiencia y la representen a través de sus propios lenguajes y significaciones.; y esto no es porque no existan sino porque han sido relegadas de los espacios de representación.
Esta negación es solo un reflejo de las sociedades. Lo que se proyecta dentro del arte espejea las vidas culturales o sociales de una época o civilización en específico. Además los espacios de exposición para la autorepresentación de las feminidades han sido negados y cerrados en función de una voz que sistemáticamente no se ha querido escuchar.
De aquí surge una historia de voces colectivas e individuales que resisten y se recuperan en el tiempo para seguir escribiendo nuevos presentes y hacer surgir nuevas propuestas . Proyectos de creación y protesta que van abriendo brechas o espacios para que la verdadera experiencia encarnada y reconocida comience a plasmarse en lenguajes artísticos y encuentre el espacio para que sus códigos puedan ser interpretados por otras miradas. Así se expande esta búsqueda que pretende restaurar y escribir una nueva historia dentro de la representación artística y cultural.
Proyectos como el arte y las exposiciones de Alix Yolitzin, una artista interdisciplinaria que abraza desde distintas técnicas como la pintura, la fotografía o el grabado, son una forma de recuperar los discursos que por tanto tiempo se han negado. Aborda desde estéticas muy particulares todo aquello que se guarda en los cuerpos. Saca a la luz, a través del color, todas esas historias que se inscriben sobre la piel. El género, el colonialismo, el racismo y todos los dolores en que se traducen están escritos en los cuerpos y reconocerlo es valioso para cambiar la historia. Recuperar toda la memoria alojada y hacer desde ahí un camino de raíces hacia la resistencia.
Poner el ojo en el cuerpo dentro del arte,sobre todo un arte hecho y pensado desde las miradas femeninas, es reivindicar un territorio negado en toda su complejidad. También es protestar con cada una de sus historias y dolores. Crear desde y hacia el cuerpo es regresar a la gran memoria de sentires que se guardan dentro de nosotras.o comprender al mundo desde otros sentidos que se alejan de la razón incuestionable. Cambiar el enfoque de la mirada creadora es apegarnos a la magnitud de todo aquello que se puede sentir.
Exposiciones como “Soy prieta. El cuerpo femenonino: Raíz, territorio, memoria y resistencia” de Alix son ejemplos vivos y aun en transformación de arte hecho por mujeres que lleva a entender a otras mujeres desde su experiencia particular y acceder a otras dimensiones de su cotidianidad. Quien crea aprende a verse en un espejo infinito de posibilidades. Encarnar un montón de pieles, pero antes de ser otras darle un valor profundo a la propia para encontrar los de gestos que permitan contar su historia; narrar aquello que se lleva entre la piel y la carne.
Mar Llamas